Os dejo el enlace de una reflexión de CSIF de Murcia sobre el tema. Sólo los usuarios registrados pueden ver los Links.
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Ya vamos viendo como algunos sindicatos de enseñanza en este caso CSIF van enseñando la patita con respecto a este tema y hasta ahora habían mantenido silencio total y absoluto.
Viene a decir que en educación se debería hacer otro proceso de méritos pero en algunas comunidades han sacado las plazas que deberían ser por méritos por concurso de oposición de reposición y eso ha jugado en contra de los interinos. Vamos con toda la cara se dice que algunas comunidades autónomas han vendido a su suerte al personal interino y esas plazas que debían haber sido por concurso de méritos las han metido en concurso de reposición como ha pasado con secundaria este verano pasado. Es un verdadero escándalo esto. Y se cita textualmente:
¿Cuál es la solución entonces ahora? ¿Encogerse de hombros y decir que ya no puede ser, aun admitiendo que se ha incumplido la ley? Esto dejaría una vía de recurso por parte de los interesados que no se resignen a ello potencialmente explosiva. La situación no pinta bien.¿Volveremos a tratar de correr una tupida cortina, tratando de demonizar el Concurso de Méritos, diciéndole a la sociedad los peligros de que haya interinos que obtengan su condición de funcionarios sin examen? Sin embargo, puede que esto no evite que algunas personas afectadas, cansadas de estos argumentos de segunda fila, se indignen y recurran con una base jurídica sólida. Podríamos tener un evento desastroso; que la administración se vea forzada a anular el proceso de la vía dos de este mes de junio, por cuanto las plazas que deben ser provistas a este concurso eran esas (si se lee con atención tanto la Ley 20/2021 como el RDL 5/2023 se ve claro que es así) con el daño que esto podría causar, o que se redupliquen las plazas dadas, en un intento de dejar las cosas como están, pero creando un desastre presupuestario que nos explote a todos en la cara.
Se han llevado las cosas demasiado lejos; tratando de esconder un problema que, no obstante, se resiste a que lo hagan desaparecer. Es como cuando uno se empeña en mantener sumergido un contenedor lleno de aire, y una y otra vez sale a la superficie de nuevo. La clase política ha querido acabar con el problema de la temporalidad de un modo inapropiado.
En primaria, sin embargo, la situación de cara a las próximas oposiciones en junio puede ser muy diferente, ya que las administraciones educativas no tienen excusa posible, y estarían obligadas a destinar el grueso de las plazas de la vía dos al nuevo concurso de méritos. Ciertamente es lo que debería suceder, si no se quiere llegar a la situación que se ha alcanzado en secundaria.
Concluyendo, no ganamos nada diciéndole ahora a la gente que hay que “ver que pasa”. Ya esta suficientemente claro lo que pasa, como esta claro lo que viene. Lo que hay que hacer es una labor sindical seria y responsable, enfocándose en que dicho proceso cumpla con la ley 20/2021, y el ordenamiento jurídico comunitario que la ha motivado y tratando de minimizar el daño que, por desgracia, en alguna medida es inevitable. No nos olvidamos que el maldecido Concurso de Méritos ha venido como consecuencia de los intensos años de lucha judicial de los grupos de afectados que, en solitario, han apelado a la Directiva 1999/70/CE, más en concreto a su clausula 5, y la prejudicialidad ha motivado sentencias tan rompedoras como la STJUE de Marzo de 2020, que abrió un camino de no retorno a lo que ahora tenemos.
Los diversos sindicatos deberíamos centrarnos en asegurar que el proceso de planificación y diseño de este concurso de méritos sea esta vez el correcto; vigilar que se neutra de las plazas que determina la disposición Adicional 8 de la ley 20/2021, cuidar que los procesos de consolidación y estabilización no se solapen, o, de si sucediese, no paguen las consecuencias los seleccionados en la vía 1, siendo apartados de la vía dos. Deberíamos evitar que la historia se repitiese porque ahora ya conocemos dicha historia.
D
e no ser así, los afectados, interinos longevos que han venido siendo nombrados y cesados durante década, década y media, dos décadas, etc… podrían no quedarse de brazos cruzados, organizarse e impugnar la normativa que proveyese las plazas para dicho concurso, si esta vuelve a ser raquítica y si se opta por volver a esconder el problema, desde el actual marco normativo – jurídico una acción así tendría expectativas de fructificar, no siendo además un proceso judicial caro, especialmente si se une un grupo de personas relevante.
El camino de la negación, el de pretender refugiarnos en el autoengaño, el de arremeter en contra de los concursos de consolidación como si esto no hubiese sido la justa consecuencia de la reiterada infracción de la normativa europea no es el camino que debemos escoger; si lo seguimos, no iremos a ninguna parte, regresaremos al mismo punto donde ya estamos, o peor, y no es ahí donde queremos estar mañana.
Gracias por vuestra lectura.