Buenas noches, creo que como siempre hacemos mal en culpar a los maestros que imparten inglés o francés (cuestionable es la religión en la escuela pública), te aseguro que ellos no piden ser tutores, quieren impartir su asignatura, otra cuestión es que en este país se tiene la buena costumbre de hacer leyes sin tan siquiera acordarse de la existencia de una amplia plantilla de docentes con mucha experiencia a los que jamás han preguntado por la escuela pública, eso sí, se inventan evaluaciones externas para desacreditarnos y que nosotros nos hagamos la competencia para subsistir y no nos cierren el Centro. Hasta que no nos tomen en consideración y nosotros sigamos tirando piedras en nuestro tejado, seguiremos yendo de mal en peor.
Bueno, en este caso concreto, tanto el artículo como los comentarios son bastante respetuosos con los compañeros y compañeras especialistas. En un centro hay suficiente trabajo (coordinación, programación, formación, planes y proyectos, refuerzo, apoyo, efemérides, actividades complementarias, etc.) como para que los maestros especialistas tengan todas las horas cubiertas. Porque así sucede en los departamentos docentes de los institutos. El caso es que se va hacia una especialización al modo de secundaria pero solo para lo que conviene, porque si así fuera los de primaria estaríamos encantados de que se valorasen especialidades como matemáticas, lengua o las ciencias, mientras que en ese sentido nada se mueve. He insisto, pedagógicamente no me parece lo mejor, es más, muchos recordarán el primer ciclo de secundaria impartido por maestros, y reconocerán que el alumnado entre 12 y 14 años estaba mucho más controlado por entonces.
En cualquier caso, estás opiniones no van contra el resto de docentes sino contra una administración que de educación sabe poco o nada, porque a la hora de rodearse de expertos lo hace de pedagogos y psicólogos vendedores de crecepelo que solo han visto niños y niñas en los obsoletos libros de Piaget, lo cual produce verdadero asco por decir poco.