Venga ya..., no exageremos... Ahora vamos a igualar romper una ficha con pegar un tortazo.
Y te equivocas en cuanto al trabajo de un docente. Punir es infligir un castigo, y sí creo en que a veces es necesario hacerlo. Los refuerzos negativos son castigos. Eliminar un refuerzo positivo es un castigo. La retirada de privilegios es un castigo. En Infantil un "time out" a tiempo y bien llevado es un castigo que puede ayudar a los refuerzos positivos. El problema es que parece que el niño se va a traumatizar porque se le ha aplicado un "castigo" (palabra totalmente malsonante para algunos).
En mi opinión creo que los niños han de aprender a tolerar la frustación y recibir sanciones (si os gusta más esa palabra) de una manera racional y equilibrada. Han de saber que un acto tiene consecuencias. Los niños que lo consiguen todo con facilidad y no tienen a nadie que les diga que no, no sabrán manejar la frustación. Luego nos encontramos con adolescentes que no saben recibir un no por respuesta.
Y repito, no digo que haya que romper las fichas ni castigar continuamente, que luego las palabras las interpretamos como queremos. Digo que no pasa nada si alguna vez el niño/a, después de haber sido informado, avisado, reforzado positivamente y repetido cientos de veces que hay que mantener el margen (por decir alguna cosa), y habiendo comprobado que no hay alguna causa razonable que lo justifique, no lo mantiene por sistema, por dejadez o símplemente desafío, se le rompe la ficha.
Otra cosa es que nos tomemos como padres esa acción como un ataque personal. O que el docente aplique la sanción desproporcionadamente. O que sea la válvula de escape de la propia frustración del maestro/profesor. Eso no lo defiendo.
Por cierto. El año pasado rompí 2 a dos alumnos de infantil distintos a principio de curso y no tuve necesidad de romper ninguna más. Uno de los alumnos había escupido en su ficha y el otro la había rasgado entera. Uno no volvió a escupir sobre su ficha y el otro no volvió a romperla. El segundo, tras informar a su madre de lo sucedido, recibió una reprimenda en casa y prometio no volver a hacerlo, cumpliendo su promesa. Esas fichas no las habían pagado los padres. Ni los folios ni las fotocopias.
Yo estoy de acuerdo con el refuerzo positivo y con el diálogo antes de pasar al castigo, pero hay veces que por mucho que dialoguemos los niños se lo pasan por ahí y tenemos que recurrir al castigo, eso sí, de forma puntual. Yo no veo bien el castigo reiterado ya que pierde su efecto pero sí estoy de acuerdo con los casos puntuales.
Y en cuanto a lo de un tortazo a tiempo, mira, en el cole yo no le pongo la mano a nadie encima porque yo estoy para enseñar y no para educar, para eso están sus padres, que por otro lado veo muy bien que un tortazo a tiempo no hace daño a nadie (en el caso de los padres).
Una vez con 6 años escuché en el cole una palabra que me resultó extraña y no sabía qué significaba, la palabra era ''desgraciada''. Bueno, llegué a casa y se la solté a mi madre. Del bofetón que me pegó, esa palabra, con 32 años que tengo no ha vuelto a salir de mi boca, y no solo eso, sino que a partir de entonces, el respeto y a la vez el cariño que le tengo a mi madre es algo grande, que pienso que hoy en día, en muchos hogares ese respeto se ha perdido. Y no, no me he traumatizado, vuelvo a repetir, a mi madre le tengo respeto y a la vez muchísimo cariño y hace poco me acordé y se lo dije: ¿te acuerdas cuando me pegaste aquel bofetón...? Pues cómo se lo agradezco porque aprendí una buena lección.