Cómo gastar 30 millones de dinero público en anunciar algo que no se tiene
Desde 2003, Aerocas, empresa propiedad del Gobierno valenciano y de la Diputación de Castellón, ha gastado 30 millones de euros en publicidad y patrocinio de un aeropuerto que aún no se ha puesto en marcha ni se sabe cuándo lo hará. La Comunidad Valenciana es la más endeudada de España, al borde de la asfixia financiera.
El Tribunal de Cuentas autonómico denuncia que las contrataciones de publicidad realizadas desde 2003 para promocionar el aeropuerto de la ciudad de Castellón se han hecho "sin acreditar la necesidad del gasto", según publica este domingo en un artículo el diario El País.
Aeropuerto de Castellón (Aerocas SL) asegura por su pate que la publicidad era necesaria para atraer turistas y aerolíneas a una instalación que, aunque fue inaugurada el pasado mes de abril por el entonces presidente valenciano Francisco Camps y por el líder del PP de Castellón, Carlos Fabra, aún no registra actividad y, después de que la Generalitat haya roto el contrato con la concesionaria -Globalvía- que debía explotarlo, no se sabe cuándo la tendrá.
El aeropuerto de Castellón es hoy un aeropuerto fantasma, sin aviones y con gastos tan curiosos como los 112.000 euros destinados a comprar halcones que aún no tienen aeronaves a las que despejar de aves los cielos y, aún más llamativo, los 300.000 euros que ha costado una estatua de 25 metros de altura dedicada al propio Carlos Fabra. Firmada por el artista Juan García Ripollés preside la rotonda de acceso a este aeropuerto fantasma.