No entiendo a los maestros, seguimos dando clase, me incluyo, y deberíamos plantarnos y plantearnos que la vida vale más que cualquier otra cosa.No protestamos o lo hacemos en corrillos, este año lo importante era la salud. Nos han mentido, nos mienten, nos esclavizan con la falacia de que así somos más útiles.
Todos los días cuando llego a casa me digo ya no puedo más .... mi salud no puede más, mi familia debe estar por encima de todo, y cuando veo a esos padres que se pasan por el forro lo de utilizar mascarilla, me indigna sé que mañana volveré a estar en la zona de riesgo al lado de su “querido hijo “ Y no parece importar mucho, veo que caminamos al abismo como zombis ...
No cerrar las escuelas va a pasar factura muy cara, en vidas, calidad de vida y en muchas depresiones. No solo serán víctimas los muertos, las familias y las economías pero la clase presencial es indispensable ... menuda mentira más gorda.
Pero no pasa nada la sangre de maestros está a la baja.