Una polarización de pensamientos que se intenta fomentar (y enconar) desde intereses tanto corporativos como políticos....y sobre todo cuando ambos discursos tienen argumentos razonables y para nada excluyentes en cuanto a paradigma. Cuando el debate pone el dedo en la llaga, es decir, sobre los recursos educativos asociados a situaciones de diversidad educativa ninguno de los recursos organizativos, materiales y personales sobra. El continuum de diversidad educativa, social y personal precisa de un reenfoque en muchos parámetros: metodologías de enseñanza, materiales didácticos, procedimientos para el diagnóstico y valoración tanto de necesidades como de respuestas en el ámbito educativo; configuración de itinerarios educativos fuera del tradicional marco paradigmático del triviumn y quadrivium para obtener una titulación.....y la parte más importante: más inversión educativa en términos de euros contantes y sonantes para proporcionar no sólo entornos inclusivos sino también efectivos para la materialización no sólo de un desarrollo personal (saber ser y estar) sino también a efectos del saber y el saber hacer.
Cuando el debate va en esta línea sosegada, serena, sin fanatismos ni talibanes/as de ningún posicionamiento cerril, es cuando se llega a conclusiones y acciones sensatas además de consensuadas. Por otro lado, y dado que hablamos de educación como uno de los derechos básicos de las personas (incluidas las que plantean diversidad funcional o discapacidad, en nomenclatura más antigua y sea del tipo que sea) estamos hablando de un colectivo nada despreciable en número, aspiraciones y posibilidades a las que se les tiene que garantizar unos servicios al respecto complentamente integrados dentro de una red pública. A ese respecto parece muy curioso que esta agitación, preocupación, ansiedad o agobio parta de una modalidad que en un 59% es atendida por la iniciativa privada o concertada con fondos públicos, mientras que el otro 41% es de titularidad pública pero que atiende al 58% del alumno escolarizado en esta modalidad (datos del 2019). Añadiré que la propuesta de reconversión de determinados centros específicos en un detereminado ámbito de intervención de la diversidad funcional en España no es algo nuevo: ya se hizo algo muy similar en los años 80 y 90 con los centros de la ONCE.
Calma, sosiego, debate, reflexión.....y sobre todo más inversión en calidad educativa, social y humana para que todas estas personas (y desde la más tierna infancia) puedan sentir que valen algo, para algo y para alguien. Como tod@s.
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