Pues eso chicos he creado este post para decir qué haremos en caso de que nos llamen....
Ejemplos: Me raparé al cero, me hare un tatuaje con el número de opositor, me compraré un coche...
Yo en mi caso invitaré a mi familia a almorzar y se lo dedicaré a mi abuelita que está en el cielo... Te quiero abu!!!
Hola!!! Bueno... a mí ya me han llamado.
Fue el viernes, me harté de llorar al teléfono con la mujer que me dijo el destino, lo colgué y grité, lloré, cogí a mi madre en peso, le dí tres vueltas. En esto que llega mi hermana, y las dos nos cogimos abrazadas dando saltos al unísono, llorando como magadalenas y dando gritos de emoción. Fui disparada a ver a mi abuelita de 87 años, que lleva con la velita encendida a su virgencita desde que terminé mi carrera (hace ya unos años). La pobre se enfadaba mucho con su virgen cuando aprobaba las opos una y otra vez con notas altas y no conseguía entrar. Cuando no lograba que me llamaran le decía a la virgen: "Con lo chiquita que eres y los cojoncitos que tienes!!! A ver cuándo le vas a dar mi niña las PONCICIONES (ponciciones es oposiciones)".
Ni que decir tiene la cara que tenía mi abuela cuando llegué con la noticia.
En los rezos diarios que siempre le hago a la vida incluía siempre el de: "Por favor, que mi abuela no se vaya sin verme trabajar como maestra". Ufff... lo pienso y otra vez a llorar.
Bueno, a lo que iba, cuando terminé en su casa, volví a la mía a esperar a mi marido que ya lo sabía porque se lo dije por whatsapp, vino con mis niños y quizá ese fue el mejor momento de todos. Ayyy madre... lo que pude llorar!!!
Después, me fui a mercadona, compré lambrusco, rioja, cerveza, cava (mucho cava) gambones para la plancha, setas, solomillo... y preparé un banquete para el sábado con la familia que todavía me dura la resaca.
Cada vez que me acuerdo se me escapan las lágrimas. Ahora que ya estoy dentro, que tengo un cole fantástico, con unos niños maravillosos y unos compañeros fantásticos sólo puedo sonreir. Es lo que me faltaba, la espinita de una vida fantástica en la que sólo faltaba el trabajo. Sólo puedo decirle a la imagen que mi abuela tiene con la velita (todavía encendida por lo de las "ponciciones", ya sabes): ¡¡¡Virgencita, que me quede como estoy!!!