Si, alguna forera de las de siempre trabajó en él. Creo recordar que el tiempo que estuvo trabajó de lujo y que los niños eran un encanto. Pilas!!!!???Estás por ahí?
A ver si entra y te cuenta. Voy a darle un toque y que te comente.
Namcer, guapa, qué me has despertao de la siesta
Uf, siglos hace que no entraba aquí.
Bueno, lo primero que tengo que decir es que los coles no son iguales para todo el mundo. Unos pasan sin pena ni gloria, otros con mal sabor, y otros se van llorando de pena. Pues esto me pasó a mí. Que me fui llorando de pena.
Entré de interina por una baja de inglés de un par de meses y al final estuve 5 años (interina, funcionaria en prácticas, y funcionaria de carrera)
Es un colegio pequeño, de una línea y semi D (con el primer ciclo de la ESO). La ratio de aula es reducida. Tiene programa bilingüe. Bueno, cuando yo estaba no había. Le dan mucha caña al plan de lectura.
El profesorado es joven, y la única desventaja que le veo es que suele cambiar bastante, debido a la distancia o a que le asignan personal adjudicado por provincias, y claro, la gente tira para su casa. Aún así, hay algún profesorado de la zona.
El alumnado es lo mejor, además de ser niños muy cariñosos son todos guapísimos.
Las familias son buenas, suelen cooperar bastante y si ven que te vuelcas en tu tarea y te preocupas por sus hijos tendrás en ellas el mejor de los apoyos.
El pueblo no está tan lejos, son unos 40 minutos. Se entra a las 9,30 y se sale a las 2,30. Llegarás a tu casa sobre las 3,30. Las exclusivas son los martes y normalmente los profes que no vivíamos en el pueblo nos íbamos a comer a la venta del Piñonate, al Recreo o a casa Juanito en Arroyo de la Plata (te mueres con los chocos con papas y las albóndigas que hace Gregoria, ayyyy) Hubo algunos que empezaron a traerse el bocata y el tupperware, por lo de economizar, pero yo prefería salir del cole aunque fuera un ratito. Hay nevera y microondas. Le faltaba una kettle para mis tés, pero lo mismo ya la tienen.
El entorno es una maravilla, rodeado de encinas. En vez de escuchar a los coches o al tapicero se escuchan los pajarillos, las ovejas balando y los burros. Vaya, lo que viene a ser el campo.
No se hace pesado ir y volver todos los días. Los compis se ponen de acuerdo para compartir coche (quedan en Santiponce) que la mayoría de las veces es muy divertido, si la gente no se duerme. Yo estuve trabajando en Montequinto una vez y tardaba mucho más en cruzar el Quinto Centenario, y encima llegaba con los nervios de punta. El viaje al Castillo era un regalo para los sentidos. Tiene autopista hasta el cruce de Aracena, y luego una carretera muy buena. Había en especial una curva a cuya salida se veía el pueblo en lo alto de la montaña y era maravilloso. En días nublados, al subir la montaña se despejaba, mirabas hacia abajo y veías un mar de nubes.
Oh, qué recuerdos. Me estoy enrollando como una persiana. Si quieres más detalles escríbeme a melaliso-gmail-com
Cheers!