Escándalo!! Expulsan a un alumno por llevar una bandera de España en Zaragoza
Los hechos ocurrieron recientemente en un centro público de secundaria de la provincia de Zaragoza. Cuando un alumno se dirigía a su clase tras el recreo, se cruzó por el pasillo con una profesora. Hasta ahí todo normal, sino llega a ser porque el alumno en ese momento portaba una bandera constitucional de España atada en el cuello y colgando por detrás.
Ante semejante acto, la profesora se enfurece y muestra una actitud amenazante ante el alumno, ya que se estaba sintiendo herida, vejada y provocada por ver una bandera de España. ¿Y cuál fue la reacción del alumno?: contestar orgullosamente“Viva España”, “éste es un centro español”.
Enseguida, la “docente” organiza una cobarde coartada, buscando a otra profesora y reteniendo al alumno dirigiéndolo al jefe de estudios, sustrayéndole, como no, la dichosa bandera, demostrándose una respuesta total de revanchismo.
Y la consecuencia “educativa” del centro tomada por el jefe de estudios, a instancia de las profesoras, y dejándose influir en sus decisiones, es la expulsión del centro durante 3 días del alumno, una medida que se toma de forma totalitaria, sin conocimiento y seguimiento administrativo alguno del RRI del centro y la legislación vigente, y sin escuchar la versión del alumno.
La razón de la expulsión, pues, es “una conducta gravemente perjudicial para la convivencia del centro”, y que de haber sido así lleva un proceso administrativo dentro del mismo mucho más elaborado antes de proponer una corrección a tal conducta, donde el grado de tal corrección debe ser proporcional a la magnitud de la gravedad de los hechos, y teniendo en cuenta la situación personal, familiar y social del alumno.
Se demuestra una vez más que dentro del profesorado está instalada la creciente ola sectaria radical ideológica próxima al marxismo-leninismo, que sólo busca la imposición ideológica y el adoctrinamiento social, y la eliminación de todo lo que huela a España y mucho más a patriotismo u otra filosofía política distinta a su pensamiento arcaico y putrefacto.
Además del sectarismo rancio, se demuestra la ignorancia y desconocimiento a propósito y selectivo de la historia de nuestro país, la cual se atreven a manipular y tergiversar a sus intereses, y por supuesto de la pedagogía y didáctica de la enseñanza obligatoria. Éstos que detestan los regímenes dictatoriales de nuestra historia reciente, luego son ellos los que emplean los métodos más autoritarios en la resolución de problemas.
Sin embargo, se permite y no se castiga adecuadamente el vocabulario grosero, los gestos y posturas irrespetuosas, la perturbación del desarrollo de las clases con conversaciones o risas indebidas u otros ruidos, la falta de limpieza en las diversas dependencias del centro, así como la escasa higiene o vestimenta inadecuada del alumnado.
Por tanto, es evidente la dimensión política que ha transcendido de los hechos, cuando la política no debe hacerse en los centros educativos, suponiendo una privación de la igualdad de oportunidades por discriminación por razón de convicciones políticas, si consideramos que una bandera de España es decantarse políticamente por alguna opción. Se trata, pues, de un acto de prevaricación total, con el agravante de no oír al alumno ni a sus padres al tratarse de un menor de edad.
Pero éste no es un hecho aislado, ya que unos días antes fueron retirados de un aula pequeñas banderitas de España realizadas en papel por los propios alumnos que mantenían pegadas en el tablón, y que no interferían en el normal desarrollo de las clases.
Y qué casualidad que fue a instancias de las mismas profesoras, que por cierto no entraban a dar clases en ese aula nunca. Y por supuesto, una vez más por decisión totalitaria del jefe de estudios y el apoyo de algún profesor más, sin mediación alguna ni oportunidad para el consenso y el diálogo entre el resto del equipo docente ni mucho menos con los alumnos.
Nuevamente la razón de la imposición tenía indudable trasfondo político, escudado en la absurda excusa de que el tablón de las aulas sólo sirve para destinarlo a fines académicos y educativos. Sin embargo, parece ser que es “académico y educativo” que aparezcan las fechas de los cumpleaños de alumnos, sus grafitis y firmas, así como curiosidades y bromas típicas de adolescentes o anuncios de fiestas de toda índole; y cómo no, propaganda de la sección de juventud de UGT sobre actividades con lemas como “Ven a enamorarte”.
En definitiva, estamos ante una escalada del relativismo y la mediocridad en todos los ámbitos de nuestra sociedad, pero con un marcado sesgo a nivel educativo que pretende la reingeniería social, y que augura un futuro incierto, conflictivo y ausente de los principios y valores en los que durante siglos se han sustentado los pilares de España.