Estás obligado a prestarle auxilio con la diligencia de un buen padre de familia y con la ciencia que tú poseas. Tal cual está expresado en los protocolos que las Delegaciones mandan para esos supuestos.
Una negativa supone omisión del deber de socorro, lo cual es delito y, por lo tanto, penable.
Sólo puedes pedir a los padres que te firmen un documento eximiéndote de responsabilidad en caso de complicaciones o mala administración del tratamiento.
Muy bien dicho y explicado. A veces nos ponemos delicados con que no es mi obligación y demás, pero son niños y es su salud y posteriormente la nuestra moralmente.
Yo también era un poco reacia hasta que he padecido en mis propias carnes una sobrina diabética con 3 años en infantil, y lo mal que lo han pasado sus padres por la actitud que pudiera tener su seño; afortunadamente, hemos tenido suerte y ha sido muy servicial. Por eso que no os toque un niño familiar con problemas de salud (hidrocefálicos, diabéticos, epilepticos, minusválidos...) en edad de escolarización porque entonces estáras vendido a la normativa y a la interpretación de la misma del tutor asignado.