Más de un millón de jóvenes andaluces menores de 34 años carecen de ingresos
Los generación 'ceroeurista' representa ya la mitad de la población juvenil · Los empleados tendrían que ganar un 61% más para acceder a una vivienda sin agobios · Un 48,9% tiene un contrato basura
Son los jóvenes ceroeuristas o la generación ni-un-euro. Más de un millón de andaluces menores de 34 años tienen una capacidad adquisitiva igual a cero. Representan el 49,9% de la población de su misma edad.
Lejos queda aquel tiempo en el que se acuñó el término mileurista, situación a la que a muchos no les importaría volver. Ahora, la llamada generación perdida no encuentra cómo ganarse el jornal. Este agujero salarial es más profundo entre los 18 y los 24 años, ya que el 71,1% de los jóvenes andaluces en este tramo de edad no perciben salario alguno. Entre 25 y 29 años, el porcentaje de andaluces que dependen del domicilio familiar representa un 43,1% y en la franja entre 30 a 34 años es de un 35,5%.
Aunque pudiera ser una variable que explique estos abultados porcentajes, que los jóvenes estén cursando estudios no afecta a esta situación. De los dos millones de andaluces entre 18 y 34 años, 314.721 son estudiantes, sólo un 15,6% de la población de su misma edad. Como es previsible, la mayor proporción está comprendida entre los 18 y 24 años (un 37,5%) y desciende bruscamente hasta los 29 años (6,7%) y de la treintena hasta los 34 años (2,1%).
Estos datos, que explican las dificultades de los jóvenes para acceder a una vivienda, tanto en propiedad como en alquiler, pertenecen al último informe del Observatorio Joven de Vivienda (Objovi) correspondiente al cuarto trimestre de 2010 y presentado a principios de julio.
El informe de esta entidad dependiente del Instituto de la Juventud de España (IJE) reproduce una cadena que se alarga en los últimos años.
Cada vez son más los jóvenes sin ingresos. Y, de los que están empleados, el 48,9% tiene un contrato temporal. Con este contrato basura, las posibilidades de obtener un crédito por parte de las entidades financieras es un milagro. De los que tienen contrato indefinido, el salario que cobran, una media de 14.287 euros al año ( sobre 1.200 euros al mes), se encuentran lejos del acceso a una vivienda digna sin esfuerzo titánicos, lo que para los autores del estudio significa no destinar más de un tercio del sueldo.
El porcentaje que debe destinar una persona joven en Andalucía se sitúa en el 48,5%, casi la mitad. Para un hogar joven, es decir, un núcleo familiar, el coste de acceso a la propiedad es del 36,5%.
La bajada de los precios se ha notado en que el esfuerzo ha disminuido un 4,86% en el caso de una persona joven y un 3% para un hogar con respecto al mismo periodo de 2009, pero aún así sigue siendo elevado el porcentaje de salario a reservar para hacer frente al pago inicial de una hipoteca media.
Otro dato revelador de este informe, y que pone de nuevo encima de la mesa la dificultad del acceso de los jóvenes a la vivienda, es la diferencia entre los ingresos reales y los ingresos mínimos necesarios . De media, el estudio refleja que los jóvenes en Andalucía cobran un 61% menos de lo que deberían cobrar para poder convertirse en propietarios de una vivienda sin sobrepasar el umbral máximo de endeudamiento aceptado por las entidades financieras del 30% o lo que es lo mismo, deberían cobrar 1.925 euros mensuales (unos 24.000 euros netos al año) en relación a los precios de las casas. Con el sueldo de un joven, la superficie máxima que ha de tener el piso al que una persona joven puede aspirar sin sobre endeudarse, rondaría los 57,8 m2.
En cuanto al precio de la vivienda en alquiler, la media de Andalucía se sitúa en los 533,05 euros mensuales, lo que significa que una persona joven debe destinar el 44,8 % (un 3,59% menos que a finales de 2009) de sus ingresos a pagar el alquiler. Un hogar joven destina el 33,7 %.
La principal preocupación de los autores del estudio con respecto a Andalucía se centra en la alta tasa de desempleo juvenil (sobre un 40% de la población activa) y, sobre todo, en el "auge" de la tasa de temporalidad, que lleva a casi la mitad de los jóvenes a tener un contrato basura.
Esta tasa tiende a incrementarse tras las modificaciones que quiere introducir el Gobierno en la normativa laboral. Se eliminarán durante dos años los límites de concatenación de contratos temporales, una iniciativa para "sostener el empleo".