¿Pero cómo podemos esperar que realmente se eduque y se fomente lejos del egoísmo y en un marco de respeto cuando la evolución social y especialmente la escuela empuja a nuestros hijos al individualismo?
En casa de la mayoría de bisabuelos vivían varias generaciones que crecían juntos, del más pequeño al más grande. Muy pocos iban a la escuela y la educación recibida era la familiar, donde la voz de la experiencia, la de los mayores, era la primera voz que se respetaba.
Nuestros hijos crecen ahora casi sin conocer ni a sus padres y los que se crían con sus abuelos lo hacen de forma muy diferente a como se hacía antes. Los abuelos de ahora son los nietos de ese bisabuelo que se asustaría si levantara la cabeza y hacen las cosas de manera muy diferente a como se hacían antes.
Y el paso por esta escuela empeora la situación. Los niños pasan la mayor parte del tiempo en una escuela que primero, les enseña que tienen que homogeneizarse y olvidarse de que todos somos diferentes y segundo que sólo cuentan los tuyos, los de tu generación.
Sólo hace falta ver cómo crecen los niños en escuelas rurales donde no hay separación por edades.
Muchas cosas han cambiado a mejor, lo que pasa es que no hemos sabido estar a la altura de muchos otros cambios.
Un saludo.
Todo lo contrario.
Y la cuestión es que parece que hay cosas que solamente son de nuestro tiempo, pero olvidamos el pasado. Si creemos antes que no había maldad, pues nos olvidamos que hace poco había guerras tan crueles como las de ahora, discriminaciones,...
Lo único diferencia son los medios en ciertos aspectos. Antes, quien no tenía medios económicos, pues había familias donde dormían 6 en una cama, pero no era por fraternidad, sino por necesidad.
Esa voz de la experiencia era la voz dictatorial, es decir, el padre de la familia ordeno y mando, donde nadie podía discutir las órdenes del cabeza de familia.
Los niños trabajaban desde la infancia.