Foro de Maestros25

¡Hola a todos/as¡ A parte de escribir poesía, suelo escribir relatos cortos como algunos que encontráis en el hilo "PARA QUE LEÁIS ALGO MÍO" pero quiero dejar aquí un hilo específico sobre relatos que escribo en mis ratos libres o algunos, improvisados como algunas poesías que escribo aquí (no todas son de las muchas que tengo archivadas sino que algunas son escritas sobre la marcha, según me llega la inspiración). Espero que os guste este espacio.

Fue una noche de verano, ella vestida con un largo vestido rojo que sólo le dejaba ver un generoso escote aderezado con un colgante de piedras preciosas que me llamó muchísimo la atención pero lo que más fueron sus ojos negros, su pelo rubio rizado y esa cara ancha, blanca, limpia, tersa, sin nada de brillo aunque sólo ella en sí era puro brillo aquella noche, tanto es así que cualquiera que pasaba por su lado se quedaba maravillado pero como siempre, yo era el único que no era capaz de decirle nada, absolutamente nada pero se me escaparon unas palabras: ¡mira, tío, la rubia¡ y mi amigo: ¿qué? ¿te ha gustado, poeta?, siempre me llama así "poeta" y a veces, me pongo colorado, no me gusta que alardeen de mí ni tampoco hacerlo yo pues no creo que sea para tanto y lo más increíble es que ella se dio cuenta y pasó por mi lado y sólo le dio tiempo a sonreir y yo, colorado como un tomate, o como una de esas rosas que siempre he ansiado regalar a una mujer y que aún no he hecho, no supe qué contestar....

(Continuará)

...Ella, pilla y astuta como nadie me lanzó una sonrisa porque sabía que así me tendría en sus manos y entonces, tragué saliva, la miré fijamente y me dirigí hacia ella:

-¡hola¡ ¿cómo te llamas? (la verdad es que suelo ser muy típico)
- ¿yo? (y yo pensando: no, si quieres va a ser la vecina del quinto ¿no te digo?)
- ¡tú, sí, tú¡. En fín, veo que eres tímida así que yo me presento primero: me llamo Ernesto.
- yo, Celia, encantada.
- lo mismo digo. Bueno, y ¿qué haces por aquí?, ¿con quién has venido?

De pronto, se acerca un tipo fornido, moreno, alto, cachas, de ojos muy brillantes y pensé que era tiempo para abrirse camino no fuera que fuese su novio y claro, no quería yo acabar con un ojo morado y eso hice, me marché pero de pronto:

-¡eh¡ ¿qué haces?
- ¿yo? nada, simplemente me voy porque creo que molesto
- ¿molestar? ¡para nada¡
- ¿ah no?
- no, ¡jajajaja¡, ¡él es mi hermano¡ ¡jajaja¡
- ¡ahhh¡ creía que...
-... que era mi novio ¿no?
- pues...pues...sí...sí, sí, eso, tu, tu no...no...novio
- chico, ¿te pasa algo?
- no, no, nada. No me pasa nada
- no sé pero te noto tenso, nervioso, no sé...¡jajaja¡
- sí, bueno es que...
- a ver, chico, digo...Ernesto (y de pronto, también ella se pone colorada, en el fondo se sentía halagada por ese tal Ernesto)...no temas, tranquilo, él es mi hermano pero siempre salimos juntos de fiesta junto a otras personas más del grupo, ¡ven¡.

Celia, Ernesto y yo nos fuimos a otro lado de la discoteca de verano donde estaban los amigos de ellos dos, yo me encontraba solo, los muy ...., bueno da igual, mis amigos me habían dejado solo, quizás es que esperaban que sucediera algo entre esa chica y yo y prefirieron marcharse para no molestar aunque en verdad no pienso que nunca lleguen a molestar, pues al fin y al cabo, son mis amigos...

(Continuará)

Como me encontraba sólo con Celia y Ernesto, no tuve más remedio que seguirles hasta donde estaban sus amigos (aunque a decir verdad, eso de "no tuve más remedio", ¡ojalá y todos los remedios fueran siempre estar con chicas como ella¡ porque la chica estaba...en fín, ejem, ejem- como siempre he dicho, las formalidades siempre "fuera de", "dentro de" ya sí que es dejar a la imaginación que actúe ¿verdad?).

Sus amigos, eran chicos y chicas normales, normales para nuestro tiempo claro, aunque eso sí, ellos a diferencia mía beben alcohol pues yo siempre acudo a mi botella de refresco de limón porque quiero ser así de sano. Recuerdo sus nombres: Paula, María, Ana, Claudia, Javi, Pepe, Max (y cuando me enteré del nombre dije ¡eureka! como ¡el protagonista de Luces de Bohemia!), Paco y Antonio.

Paula, era una chica menudita, es decir, ni muy alta ni muy baja, ni muy rellenita ni muy delgada aunque más bien tirando a esto último pero era simpática, agradable, atenta y sencilla o al menos, eso se veía porque yo siempre he dicho que las primeras impresiones pueden engañarte.

María, era una chica alta, con gafas, pelo liso y largo de color marrón, los ojos de color marrón, se la ve más seria que Paula y sobre todo, lo que no soy yo, poco habladora y eso en una persona me suele llamar la atención será porque como hablo hasta por los codos jeje...

Claudia, a mi modo de ver tenía pinta de ser bastante inteligente, aplicada, astuta vamos ¡una sabelotodo¡ por lo que pude comprobar cuando estuve hablando con ella mientras Celia fue al servicio un momento (no me atreví a acompañarla por ser la primera noche).

Javi es un chico alto, rubio, de cejas amplias y pobladas, piel muy blanca, agradable, de voz bastante encantadora para las chicas o al menos eso creo porque el tipo tiene un aire de "gentleman" que se advierte de lejos. ¿Un Don Juan?, puede ser o quizás como diría mi padre, otro "poeta más" como yo (y si no que se lo pregunten a mi madre que cuando le regaló mi padre una vez flores le dijo: "Gracias, me ha gustado mucho pero la próxima vez procura ir sin tu hijo porque sé que la nota de dedicatoria la ha escrito él así que hijo, buen intento pero no cuela").

Pepe era un chico de estatura normal, de apariencia física normal sí, parece que todo muy normal hasta que te das cuenta de que tiene un sentido del humor extraordinariamente sorprendente, audaz e ingenioso que está a la altura de muchos grandes del humor y eso gusta a cualquier persona y eso sí, era el más astuto porque le tiraba los tejos a la más atractiva del grupo que para mí era María, claro está, a parte de Celia y ya se sabe, la astucia y la inteligencia van unidas o sea que de tonto este chaval no tenía un pelo ni tampoco de listo porque tenía la cabeza totalmente rapada al cero.

Max, a parte de su nombre, era uno de los "cerebritos" del grupo, se le veía muy de "ciencias", sobre todo a la hora de hablar más que nada porque el chico me estuvo hablando de maquinarias, de electricidad, protones, neutrones y no sé qué cosas a las que yo atendía con interés relativo porque ponía cara como de: "sí, sí, yo te escucho pero no sé de eso ni papa, majo".

Paco, para mí creo que era el más sencillo, el más natural, un tipo afable, cariñoso, bromista y bastante despierto pero creo que es el más formal de todos, es de esos tipos que dices: "sí, él es el típico que toda madre quisiera tener como yerno" y la verdad que no es cosa mala eso lo malo, es que la hija no quiera, claro y por cierto, también supe que era otro estudioso pero por si acaso pudiera parecer incompleto, a veces echa una mano a su padre en el taller de coches que tiene arreglando lo que sea de esos "trastos con cuatro ruedas y un volante".

Antonio, para mí un tipo bastante descuidado en su imagen personal, con cabellos "a lo afro", piercings (o como se diga) en la nariz, orejas y lengua, pantalones vaqueros estrechos y una camiseta, así sin más, nada de otras cosas, él es de ese tipo digamos "urbano" que también gusta mucho a las chicas pero como todo, no a todo tipo de chicas y eso me da por pensar en lo maravillosa que es la vida porque tienes para elegir entre la chica moderna, la chica estrafalaria, la clásica, la "cañera", etc. (y alguno dirá sí y ¡hasta la rumbera¡ y piensas bueno sí, como esa cantante que de pequeña cantaba eso y gritaba como los gorilas o algo así ¿no? jejeje).

(Continuará)

Seguimos disfrutando de la noche, sobre todo lo hacía yo mirando a los ojos a Celia, reconozco que me encantaba hacerlo, sobre todo cuando sonríe, su sonrisa vuelve loco a cualquiera y más a mí que dicen que lo estoy mucho más que Alonso Quijano cuando imaginaba gigantes de hierro donde sólo había molinos de viento o se autoproclamaba el "Caballero de los Leones" cuando simplemente el león se dio la vuelta cuando se disponía a salir de la jaula pero cuando vio a semejante loco se lo pensó mejor y desistió en luchar contra semejante majareta.

Mientras estábamos en la disco bailando, recuerdo que no me atrevía a decir nada a Celia, pero lo cierto es que me moría de ganas de hacerlo con ella y no digamos si me ponía a pensar, a imaginar porque lo que más me gustaba era hacer eso sobre todo con que le estaba dando un beso eterno en la boca como esos que salen en las películas, sí, lo reconozco veo demasiadas películas, luego vas a la realidad y me choco contra ese muro y veo que se está perdiendo el romanticismo, ya nadie se imagina que vas a tocar el timbre de la casa de tu novia y esperarás a que te abra mientras sostienes un ramo de rosas rojas en tu mano con una notita dentro o ¿acaso soy yo el que se está equivocando sobre ese aspecto y es verdad que eso les sigue gustando a ellas? no sé, quiero dejarme de conjeturas y seguramente lo pruebe un día con ella, pues creo que no pierdo nada en verdad.

Recuerdo un momento en la discoteca cuando se fueron las chicas todas al baño (la verdad es que siento curiosidad sobre eso, nunca he entendido por qué se van todas juntas a la vez pero claro ¡cualquiera se atreve a preguntárselo!) y yo me quedé con los chicos y hablamos de "cosas de chicos", ya sabéis, lo típico: ¡mira, qué buena está esa tía!, ¡tío, tío, mira, la del pantalón azul!, ¡ay va esa, bueno, bueno, bueno! eso por no hablar cuando empezamos a hablar de fútbol, todos somos técnicos mejores que los de la liga profesional, eso sí, lo malo es que hablen de toros porque yo de eso no entiendo mucho, aunque cierto es que se me van los ojos cuando por televisión ves a un torero hacer una gran faena pero reconozco que nunca he estado en ninguna de las plazas grandes de España, sí de visita, en la Real Plaza de Toros de la Maestranza de Sevilla, donde hace unos años en mi primera instancia allí estando de excursión con mi familia vi el museo que alberga en su interior y también vi el coso eso sí, vacío, claro pero lo que es de toros o de Religión no soporto mucho esa conversación, no sé cómo será Celia pero como sea de las chicas de "misa de doce"...

Por fín, llegaron las chicas después de media hora, sí, sí, media hora, es que si son quince minutos parecería raro en su caso o al menos, eso pensamos todos los chicos, y reconozco que no soy ningún machista, es más, odio a los machistas y sobre todo a los que llevan a sus chicas que parecen "piezas de museo" pero luego puertas para dentro descubres que él la está maltratando psíquica y físicamente, cosa que no sé que es peor si lo uno o lo otro aunque sobre este particular volveré después, me temo, porque estoy intentando averiguar cosas del grupo y me temo que hay algo raro, turbio que no me gusta nada en Celia, no sé pero sus ojos le delatan, pues son mitad tristes, mitad alegres y esa primera mitad me deja un poco, no sé, pillado, como decimos ahora, aunque claro, por otro lado, ya estoy un poco pillado por ella y eso que sólo la conozco de una sola noche...

(Continuará)

Celia llegó aún más espectacular si cabe que como la había encontrado Ernesto, no sé pero creo que o a Ernesto se le estaba haciendo una imagen ficticia de la realidad o es que esa imagen se correspondía a la fase primera del amor: el enamoramiento, la fase más bella de todas pero claro, lo que importa en esto no es sólo es esa fase sino llegar a la segunda, a la tercera, a la cuarta...en fín a todas, aunque no sé cuántas son realmente ni tampoco lo sabe nadie, ni siquiera Ernesto, para sus amigos quizás el último romántico que queda o acaso eso se cree en el mundo de hoy donde desgraciadamente ves demasiadas cosas que no están acorde con lo que pensamos que debieran de ser esas cosas.

Ernesto no sabía qué hacer, no sabía si reir, si llorar, si gritar, si coger la mano de Celia o emprender camino hacia la barra y pedirse otro refresco de limón pero claro, irse hacia ese sitio sería un gesto claro de impedir por todos los medios que Celia se diera cuenta de que en realidad, Ernesto estaba enamorado aunque asustado pues le da miedo pensar en eso que llaman "amor a primera vista" aunque la primera vista no era buena, no era magnífica, no era maravillosa no, era semejante a ver pasar a un cisne por medio de un lago inmenso desplegando sus alas de tal manera que quisiera coger a su pareja para acurrucarla entre sus plumas. Sí, es verdad, puede ser que Ernesto estuviera exagerando, que era demasiado imaginativo pero es lo que tienen los románticos tanto que a poco que hace una chica se enamora de ella tan locamente que no sabe ni cuál es su nombre o de qué color es el cielo cuando es de día o cuando es de noche aunque poco importa el cielo, su color, las estrellas, el sol o lo que sea cuando se está enamorado y Ernesto lo estaba, de eso no cabía ninguna duda.

Celia, en cambio, siempre ha sido muy discreta, muy formal, más introvertida pero claro, Ernesto cuando la miraba y veía esa altura, ese cuerpo, ese cabello rubio, esa forma de mirar pensaba en la suerte que podría estar teniendo si estuviera a su lado pero Ernesto puede ser un enamoradizo y quizás Celia también lo era pero estoy por decirle a Ernesto que no se confíe nunca con estas cosas, que hay que ser mitad cerebral, mitad pasional y sólo en algunos momentos debemos dejarnos llevar pero sólo en momentos justos, no antes ni después, no nos debemos dejar llevar por las primeras impresiones pues éstas son tan traicioneras cual puñales en mano que se clavan a poco que les pierdes de vista.

Ernesto, parecía ser un hombre de pocas palabras a veces pero cuando empezaba a hablar se desataba y no había manera de callarlo sobre todo si hablaba de Deportes, de Música, de Arte, de Historia, de Literatura, de Cine y muchas más cosas pero eso sí, nunca le preguntes sobre toros pues él siempre sabe lo justo aunque al menos, con ese poco que sabe le vale para salir al paso por lo que pueda pasar. Creo que Ernesto, a parte de ser un sentimental, un romántico, de los de "lágrima fácil", era un tipo que quería ser duro, a veces un pelín distante y frío pero claro, no puede ser así porque a poco, la "máquina interna" empieza a funcionar y no para hasta que cree haber alcanzado su objetivo pero a veces, en su empeño de buscar la verdad, peca de ser demasiado atrevido pero siempre ha pensado o se ha preguntado sobre qué es la vida sin el atrevimiento, sin el valor, sin las agallas, sin el arrogo, sin la valentía de las personas o por ejemplo se pregunta: ¿qué es la vida si desaparecen de ella las aventuras? y él se responde a sí mismo en su interior y se dice: nada, la vida no es nada si no se vive como una permanente aventura con sus placeres pero también con sus múltiples riesgos...

(Continuará)