Esa suerte nos la labramos nosotros, los transferidos, porque consentimos todos los desmanes que cometen con nosotros.
Algunos por cansancio; otros por colaboracionismo.
Esa suerte nos la labramos nosotros, los transferidos, porque consentimos todos los desmanes que cometen con nosotros.
Algunos por cansancio; otros por colaboracionismo.
Ni más ni menos. Nos dejamos pisotear.