Título: Mayoría para esto, No Publicado por: madonitoes en 27/Abr/2012~21:05 Mayoría para esto, NO
Mariano Rajoy pedía la noche electoral del 20-N, asomado al balcón de Génova, que le siguiesen apoyando cuando empezase a hacer lo que tenía que hacer. Sabía que la masa que le había encumbrado a dicho balcón podría volverle la espalda si se veía perjudicada por su elección, y necesitaba a un ejército de convecidos que le facilitaran la travesía. Así habría sido, efectivamente, si Mariano Rajoy hubiese hecho lo que tenía que hacer. Cuando la mayoría absoluta de votantes llevó a Mariano y los suyos a la gloria, no era para hacer lo que dijo que no haría. Se esperaba del PP la valentía para afrontar una refundación de las administraciones, especialmente, de las Comunidades Autónomas. Sabemos ahora que para que los partidos políticos puedan amamantar a los militantes que serían incapaces de sobrevivir en la empresa privada hay que mantener el tinglado autonomico, y que para mantenerlo hay que subir impuestos y recortar prestaciones sociales. Rajoy pasará a la historia como el hombre cobarde al que le dieron la oportunidad y le faltó la valentía. Es inmoral que el Gobierno pida cada viernes a los ciudadanos un esfuerzo extra sin que ellos renuncien a un entramado de instituciones locales, provincials, insulares y regionales que nos está matando. Los ministros tienen que tener la cara muy dura para anunciar con risas y sonrisas que los mayores van a tener que empezar a pagarse las medicinas, que estudiar nos va a salir por un pico, que nos suben el IRPF, el IBI, el IVA y los indirectos. Y que hasta 2015 no empezará a crearse empleo. Sí, ya lo sabemos, la herencia que dejó el PSOE ha sido un país en ruinas, pero hay otros sitios de donde sacar: las Comunidades Autónomas, las provincias, los cabildos, los consejos insulares y los miles de ayuntamientos fantasma incapaces de proporcionar servicios básicos. Muy mal está haciendo las cosas el Gobierno del PP cuando ni siquiera el principal objetivo de sus políticas le toma en serio. Rajoy gobierna, y es lógico en estas circunstancias, para los inversores. Ellos son los que tienen que meter dinero en el país y crear empleo, y solo lo harán si confían. Pero es que hemos cambiado de gobierno, hemos embarcado en un frenesí reformista inaudito y por mucho que Rajoy presuma de los latigazos a los que somete a los ciudadanos, los mercados siguen sin creerle. Fracaso. Muy mal está haciendo las cosas el Gobierno del PP cuando traiciona su palabra. Una cosa es hacer lo que se había callado y otra es hacer lo que machaconamente dijo que no haría. No es comparable la picaresca de quien se guarda un as en la manga que las trampas de quien cambia de cartas en pleno juego. Cuando la mayoría absoluta de votantes llevó a Mariano y los suyos a la gloria, no era para hacer lo que dijo que no haría. Se esperaba del PP la valentía para afrontar una refundación de las administraciones, especialmente, de las Comunidades Autónomas, agujero negro por el que se le escapa al país la credibilidad, el prestigio y las inversiones. Pero en vez de eso ha hecho lo que menos se esperaba de él, esto es, lo mismo que había hecho Zapatero. Dure lo que dure Rajoy, que a este paso puede no ser mucho, pasará a la historia como el hombre cobarde al que le dieron la oportunidad y le faltó la valentía. Sabemos ahora que para que los partidos políticos puedan amamantar a los militantes que serían incapaces de sobrevivir en la empresa privada hay que mantener el tinglado autonomico, y que para mantenerlo hay que subir impuestos y recortar prestaciones sociales. El deficit se borraría de un plumazo si tacharamos del mapa las ridículas instituciones medievaloides que salpican nuestros pueblos, provincias, islas y regiones, pero este Gobierno, como el anterior, nos obliga a sufragar esos nidos de nepotismo, vaguería y corrupción subiéndonos los impuestos y recortándonos derechos. Eso sí, con una sonrisa radiante. Habrá que ver qué le dice Mariano Rajoy a quienes pidió que le siguieran apoyando la noche del 20-N. |