Volviendo a la comida del cole.
Yo este año procederé como en el anterior: almuerzos en solitario para salvaguardar tanto mi economía como higiene mental.
Eres libre, pero es una lástima que algunos compañeros no acudan a la comida.
Es en el día a día en el tajo donde se conoce de verdad a la gente: sus grandezas y sus miserias.
Y, por mi (desgraciada) experiencia, las segundas siempre acaban ganando a las primeras: las críticas descarnadas por la espalda (o mediante wasap), egos patológicos y trato discriminatorio por parte de las directivas (y de los/las que se creen como tales), camarillas, el evitar decir "buenos días" o abrir una puerta porque "no te habían visto", hablar con otra persona sin presentarte,...sin hablar del lugar que ocupas en la mesa en el día de la comida (siempre por eliminación o por ubicar al plasta de turno).
Digo esto ahora que conozco a los nuevos "compañeros" de colegio. En el anterior, tres cuartos de lo mismo.
No creo en estas capulladas, la verdad. Y no creo porque el personal se viste para la ocasión; cuando no lo hace, aflora su verdadera esencia y carácter, sin maquillajes. Ni existe la amistad ni la simple camaradería...y a veces, es mejor un par de cervezas después del cole que estas pantomimas.
Por último, y ya que la Junta me sisa mi paga extraordinaria, no pienso contribuir a levantar la economía de otros hasta que la mía (y la de los míos) se recomponga.
P.D: ¿Qué pasaría si doscientos treinta mil empleados públicos andaluces con su paga de Navidad recortada hicieran lo mismo?
Tu respuesta no cambia año tras año, pero vayamos por partes.
En primer lugar, eres libre de hacer lo que te plazca.
En segundo lugar, es típico llegar a un centro y descubrir a compañeros que no se llevan bien e incluso que los nuevos hacen piña rápido entre ellos. También hay grupos de compañeros con más años en el centro que tienen una gran amistad y forman un grupo más o menos cerrado para ciertos temas o juntas. Y también hay compañeros/as que no comparte con uno la misma perspectiva ante ciertos temas. No obstante,
si eres abierto y asertivo, con el tiempo hace piñas con la mayoría de ellos, aunque cada uno tenga sus gustos u obligaciones. Es como el wappsat, pues mira, es una forma de comunicarse entros los compis.
En tercer lugar, te comprendo, no es fácil a veces encontrar esa mesa con la que está uno a gusto, pero casi siempre hay compañeros y compañeras que merecen la pena pasar una comida con ellos. Y por eso, te deberías animar.
En cuarto lugar, que uno vaya o no a la comida, no implica que no se pueda tomar cervecitas con los compañeros.
Y en último lugar, si ya me fastidian con la paga, para qué voy a fastidiarme de hacer algo que me gusta para fastidiar a otros. Si no me gusta que me fastidien, ¿para qué voy hacer lo mismo a los demás?
Post data: Un día de estos tenemos que tomar un par de cañas.
Tales cualidades, Jero, son como una calle de dos direcciones...y no siempre tiene que venir el tránsito desde una (sola) dirección.
Otra cosa: no todo el mundo tiene la misma predisposición anímica al festejo. Yo festejo cuando SIENTO que hay algo que festejar, es decir, hacer algo que me haga proclamar mi felicidad a los cuatro vientos.
Y no me siento feliz por muchos motivos.
Y uno de los más poderosos para mí es la sensación de hipocresía, de mentira y de podredumbre moral que encuentro en el gremio, y que me hace llegar a la náusea. Manifestaciones y talante al respecto las llevo viendo durante mucho tiempo, y momentos como estos de las comiditas es donde veo el mayor climax al respecto.
Sé que es una cosa que tengo que superar, pero también sé que los otros han de hacer algo para intentar superar tales carencias o miserias.
Y volvemos de nuevo a la calle de las dos direcciones....
P.D: Me gustan las comidas sin mucho estruendo de fondo y, respecto de las compañías, prefiero siempre las de mi mujer y la de mi hija.
Y digo esto último porque hay muchíiiiiiisim@s que aparcan a ambos para irse de parranda. Yo no soy de esos.