Fallece un andaluz cuya vida no había sido muy ejemplar, por lo que va al infierno. Por lo visto, el infierno también está organizado por Comunidades. Hay una antesala en la que los distintos españoles esperan a que los llamen por megafonía. En esa espera, nuestro paisano hace liga con un madrileño, se cuentan sus distintas vidas y quedan para otro día, pues también hay días libres allí. Pasa algún tiempo y en el primer permiso los dos nuevos amigos comparan experiencias.
-Con razón lo llaman Infierno- cuenta el madrileño. Cada madrugada nos levantan a las cuatro, nos ponen en fila y aparecen dos demonios. Uno con una pala y otro con un cubo lleno de mierda. Y ¡zas! palada de mierda en la cara. Esos son nuestros "Buenos días". ¿Y en el infierno andaluz qué pasa?
- Lo mismo- responde el andaluz. Pero cuando no falta la pala, falta el cubo o se acaba la mierda. (o se llevan el cableado)