- PAUSA -
Escribiré hacia el lienzo blanco que de frente me ilumina para desahogar tanta pena interior e impotencia. En un mundo envenenado y engañoso como el que aceptamos hoy día estamos inmersos. Juegan con ilusiones, juegan con nuestra libertad y juegan, en definitiva, con nuestras vidas. Somos esclavos literales de una panda de incompetentes que se hacen llamar excelentísimos (cuando la única excelencia que tuvieron fue nacer al igual que el resto de mortales) y que cada vez más, incendian lo poco que tenemos: nuestro amor propio y nuestros sueños. Maletas hechas una vez más y rumbo directo a la calle, es lo que nos ha tocado acatar una vez más a nosotros, los sumisos.
Inconformistas intentan luchar y despertar a las masas dormidas, aquéllos que no se acercan al balcón para ver a sus pies cómo los de abajo mueren. El color negro también subirá, y eso parecen ignorarlo los de arriba. Algunos, no muchos, claman al cielo y lloran en silencio por intentar luchar con el resto, pero es imposible de frenar, duermen mientras mueren.
Ahora, con las bocas calladas, buscan nuevos horizontes y agujeros que en un futuro a corto plazo volverá a fallarles. Y sí, penosamente se sigue creyendo en la inocencia y en la ilusión. Ya, cuando todo: el tiempo, dinero, personas queridas y nuestra propia vida, ha quedado en el camino. A quien me entendiere y ésta comprendiere, le comparto que yo también estoy perdido en mitad de esta matanza, que a mi también me ha tocado vivir una etapa de la vida que no sé si es más dolorosa que la de la violencia física, pues la psíquica y psicológica, también mata aunque lo haga lentamente; y que mientras sigan restos de cenizas de mi ser en esta senda, lucharé por lo que ansío, pero una cosa advertiré: no le deseo este mal estar ni a mi peor enemigo. Y ahora amig@: ¡atent@ que nos siguen moviendo los hilos!
- REANUDAR PANTOMIMA -