El peligro del populismo...

El peligro del populismo

La ineficacia de los políticos, las corruptelas que se descubren cada día mientras se establecen recortes en los apartados más decisivos para la vida de los ciudadanos, las leyes despreciativas para los votantes, las privatizaciones de los servicios públicos básicos, la falta de ideas y el seguimiento literal que demuestran respecto a otros dirigentes extranjeros están minando a pasos agigantados la estima de los contribuyentes españoles de los ejercientes de la política, de los representantes en las asambleas legislativas. Esta siembra de vientos puede traer fuertes tempestades. Los sondeos lo muestran. Pienso en el peligro del populismo. Aprovechará el desánimo general. El campo está abonado para el alzamiento de visionarios populistas.

Debemos luchar contra el populismo, uno de los cánceres de la política. El que hace que se reniegue de los políticos sin distinguir a los que lo hacen mal de los que lo hacen bien. El que persuade a la gente de que da lo mismo Llamazares que Matas, Camps que Griñán, Fernández que Cascos. El populismo no es un mal endémico, es un mal mundial, se le encuentra en todas partes, surge como los hongos, en las sombras y en las solanas, en los sitios más inesperados, en la política, en la economía, en los deportes, donde busques. Es el causante de infinidad de adversidades, luchas, guerras, catástrofes. Y, por supuesto, son legión quienes se aprovechan del populismo como fuente de poder, exaltaciones, rápidos enriquecimientos o de desgracias, de perjuicios, según el lado en el que estés, en el que te pille.

Su principal ingrediente, su vehículo, es la demagogia, el argumento construido con falsas verdades, con verdades a medias, con silogismos de erróneas premisas, con estadísticas manipuladas, sondeos no científicos. Su campo abonado es la ignorancia, la necesidad, la ansiedad depresiva, el sufrimiento y la depauperación económica, política, social. La falta de ideas.

El mundo y su historia están llenos de populistas y de populismos. Tenemos ejemplos claros hoy mismo. Chávez en Venezuela, Bush en Estados Unidos, Berlusconi en Italia. En España basta citar a Álvarez-Cascos o Gil y Gil... Del pasado más o menos reciente hay que recordar que Adolf Hitler fue un avispado populista que terminó en exterminador, Alberto Fujimori se ganó a los peruanos simplemente con falsas soflamas contra los gobernantes corruptos, Juan Domingo Perón nunca definió una ideología concreta...

Lo peor del populismo es que empieza exaltando a la gente contra los políticos y termina siendo un régimen dictatorial, que avanza como una huida hacia delante, sin programa preciso, basado en el carisma de un personaje que posee el llamado don de gentes, pero sin bosquejo de una ideología, de una dirección de futuro, sin proyecto económico ni social. Demoniza a los políticos, los denuncia sin proponer alternativa o sublima a fanáticos y apasionados con ideales viscerales, con discursos glandulares, denigra a los elegidos en las urnas, glorifica mitos y termina elegido por aclamación y con un mandato vitalicio.

Por eso, en medio de una crisis como la actual, en la que los políticos no sólo no resuelven la penuria del contribuyente, sino que son protagonistas de graves corruptelas, aprueban la desaparición de servicios imprescindibles y humanitarios, que carecen de programas y alternativas para resolver los problemas, el populismo es una amenaza real, un peligro inminente.

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http://www.lne.es/opinion/2013/02/06/peligro-populismo/1364509.html