La situación de la Sanidad pública catalana es “insostenible”. Los 8 hospitales públicos de Cataluña han cerrado ya el 40% de los quirófanos y el 30% de las camas. Hay centros en los que se han dejado de operar a más de 2.000 personas, una operación de cataratas se demora más de 1.800 días y hospitales pediátricos que sólo intervienen urgencias y patologías tumorales.
Éste es el desolador panorama que dibujan hoy los responsables de los 8 hospitales públicos catalanes, que denuncian las cifras maquilladas de la Generalitat y la necesidad de que la Sanidad pública reciba una ayuda de financiación urgente como los bancos o las cajas. En rueda de prensa, los representantes de las Juntas Clínicas de los hospitales de Bellvitge, Viladecans, Josep Trueta de Girona, Vall d'Hebron, Germans Trias i Pujol, Arnau de Vilanova de Lleida, Joan XXIII de Tarragona, y Virge de la Cinta de Tortosa piden al Instituto Catalán de Salud que paralice las medidas de ahorro y busque alternativas de financiación que permita a la administración entregar a la sanidad, con urgencia, los 77 millones que necesita.
María Teresa Fuentesalz, delegada de Médicos de Cataluña en Bellvitge, ha explicado que se han cerrado 100 camas, que se ha pasado de 35 quirófanos operativos a 29 -en agosto sólo funcionaban 14-, y que desde la puesta en marcha de los recortes se ha dejado de operar a entre 2.000 y 3.000 personas, que ahora están en la lista de espera. En ese hospital se operaban de media a unos 100 enfermos diarios, y que ahora se intervienen a unos 40. Las consultas externas sólo funcionan por la mañana.
En Vall d'Hebrón han cerrado 120 camas, desde abril se opera un 50% menos y se prevé que este año se dejen de realizar 5.000 operaciones quirúrgicas -cada año se hacían unas 40.000-, según ha dicho Roser Solans, representante de la Junta Clínica, quien ha revelado que se acumulan las pruebas diagnósticas y que hay 1.200 personas esperando un TAC para operar o por un control de oncología.
El hospital pediátrico del Vall d'Hebrón sólo opera urgencias y patologías tumorales, pero no realiza otras intervenciones, como a niños con riesgo de tener esterilidad por criptoquidia o testículo oculto, y algunos llevan hasta dos años de espera, informa Efe.
Según el portavoz del hospital Josep Trueta de Girona, hay pacientes que esperan hasta 407 días para una operación de columna, 1.848 para unas cataratas y 900 para un problema de otorrino porque los quirófanos se usan en oncología y otros patologías graves.
En el hospital Trias i Pujol se han cerrado 112 camas y se ha reducido la actividad quirúrgica un 2,49% este año. En el Virgen de la Cinta Tortosa el 32% de las 250 camas están cerradas y las intervenciones se han reducido un 68%. En este centro, según datos de septiembre, se ha pasado de 6 a 13 meses de espera para operaciones de próstata y las artroscopias de 15,6 a 36 meses, y la situación es tan tensa, según el portavoz, que hay discusiones entre profesionales para ver quién usa el quirófano.
Jordi Martí, del Hospital Lleida, ha cifrado en 770 los pacientes pendientes de una intervención no urgente, y ha asegurado que pasarán años antes de que la situación pueda normalizarse.
El hospital de Viladecans, con 108 camas, pasó de 5 a 2 quirófanos activos en verano, y según los datos de los últimos seis años quirúrgicos, en trauma hay pendientes 2.000 operaciones, 570 del 2010 y 637 en lo que va de año. En urología había 77 casos en espera el año pasado, y este año ya hay 211, y muchos son de cáncer de próstata.